Siguiendo nuestra anterior entrada de blog en la que hablábamos sobre el láser, hoy os contamos todo sobre los llamados “cover-up”.

 

¿A que nos referimos con eso de “cover-up”?

 

Este término se utiliza en el mundo del tatuaje para referirse a la acción de tapar un tatuaje con otro, algo que no es precisamente sencillo y que requiere de muchos factores para poder hacerlo. Uno de ellos y de los más importantes lo introducíamos anteriormente:

¿por qué ligamos el láser a los cover-up?

 

Es cierto que los tatuajes eran para toda la vida hasta que apareció el láser, algo que en la mayoría de los casos de “cover-up” es necesario aplicar antes de idear nuestro nuevo tatuaje.

 

Aplicar unas sesiones de láser nos va a facilitar el realizar un “cover-up” que se asemeje, lo más posible, al diseño que estamos buscando y así no arrepentirnos de nuevo con otro tatuaje. Como bien sabéis por nuestra entrada anterior, si queremos llegar a eliminar un tatuaje del todo, es un proceso que requiere bastante tiempo, por lo que para las personas que quieren deshacerse de su tatuaje cuanto antes y sea como sea, otra opción válida son los cover-up, después de quizá entre 1-3 sesiones de láser en la mayoría de los casos.

 

Para realizar un cover-up hay que pensar que SIEMPRE el tatuaje nuevo va a tener que ser MÁS OSCURO Y MÁS GRANDE que el tatuaje a tapar.

 

Tapar un tatuaje no solo consiste en poner más tinta encima de la tinta vieja, también entran en juego las formas, romper visualmente las formas antiguas con nuevas formas que capten la atención y lleven la vista a otros detalles. Así conseguiremos que el efecto “cover-up” sea mucho más efectivo.

 

El primer procedimiento será analizar los distintos factores con los que contamos para tapar el tatuaje: la zona en la que está localizado, la cantidad de tinta que lleva y su color y el diseño con el que se tiene intención de tapar.

 

  • Si la zona es pequeña, como por ejemplo la muñeca, hay que ver las opciones de espacio que quedan para poder tatuar, lo cual reducirá las posibilidades de diseño. Por el contrario, si el tatuaje está en una zona amplia con espacio alrededor sin tatuar, las posibilidades se amplían.

  • Si el tatuaje a cubrir es muy negro y denso, es probable que haya que tapar con alguna zona de sombras oscuras, por lo que el diseño se tendrá que regir en base a esto. Por otro lado, si está muy desgastado y es pequeño, prácticamente podemos jugar con cualquier diseño. En este factor, tenemos que valorar también el tiempo que tiene el tatuaje a tapar. Cuanto más reciente y mejor hecho, más difícil será hacer un cover-up, ya que no ha pasado el tiempo por él para que haya llegado a haber un desgaste. También, tenemos que tener en cuenta que por lógica, en tatuajes negros o en colores oscuros como puede ser el rojo, no podemos meter colores más claros, ya que los oscuros sobresaldrán por encima de nuestro nuevo tatuaje.

  • En los casos en los que se quiere un diseño muy concreto, el anterior tatuaje limita mucho la posibilidad de diseño, por lo que será en estos casos donde el uso previo del láser sea fundamental para poder obtener un buen resultado final. En cambio, si el diseño no es un requisito imprescindible será más fácil y rápido dar con algo que se adapte.

 

Resumimos esta entrada con unos ejemplos como guía rápida para captar el concepto:

 

Caso 1

 

“El tatuaje que no me gusta es pequeño y está bastante aclarado y desgastado, lo quiero tapar con algo de mayor tamaño y con tinta más oscura”

En este caso, estás de suerte, seguramente no necesitarás láser y podrás tatuarte la idea que llevas!

 

Caso 2

 

“El tatuaje que llevo es mediano (8-10cm) y lo quiero tapar con un diseño más grande”

En esta situación, podrás tatuarte encima aclarando el tatuaje viejo con unas 3-4 sesiones de láser y unos 3-6 meses de tiempo!

 

Caso 3

 

“El tatuaje que quiero tapar es oscuro y llevo idea de hacerme un Mandala”

Este caso, sin láser es inviable ya que en los espacios del Mandala se verá el tatuaje anterior y quedará mal, a menos que te hagas un tratamiento de láser completo, lo que conlleva unas 6-12 sesiones de láser y unos 6-24 meses de tiempo!

 

 

En conclusión, un cover-up es algo que debe ser bien estudiado y donde debemos dejar que nos aconseje y guiarnos por nuestro tatuador. Cuando te decidas a hacerlo, busca el tatuador que te gusta y no mires precio ni tiempo de espera, ya que va a ser un tatuaje para toda la vida y no quieres arrepentirte por segunda vez.

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